En la foto podemos ver un botón de la Edad del Bronce Tardío, de marfil, su tamaño hace suponer que se trataría de un cierre de cinturón o de algún adorno ritual:

Los griegos y los romanos usaron los botones solamente para adornar sus túnicas y vestidos.

En 1350 los cruzados lo trajeron a Europa. Anteriormente los ricos se ataban la ropa con corchetes, y los más pobres usaban nudos o ganchos. En el siglo XV, en la corte de Enrique IV de Castilla, se comenzó a usar como elemento decorativo, combinado con las pasamanerías.

En el siglo XVII comenzaron a realizarse forrados de tela y decorados con bordados. Eran usados en cualquier tipo de prenda, incluso en pañuelos y medias.

Detalle de una mujer ilustrada, sacado de la obra "Los duques de Osuna y sus hijos" (1787). En este retrato podemos observar las modas inglesas
en el cuyo único adorno son los botones esmaltados con escenas pictóricas.
Los botones valorizaban el traje y la persona, si no estaban abrochados era síntoma de dejadez, como en la pintura del navegante James Cook, dos de sus botones no están abrochados:

Los materiales para su fabricación son variados, se utilizaba: las maderas exóticas y preciosas como el "Ébano", los caparazones de tortugas, el marfil, hueso, rafia, lana, cuero, cerámica, cristal... Hacia 1750, en Inglaterra ya comenzó a convertirse en un elemento más práctico que ornamental.
Se empezaron a fabricar en América alrededor del 1800. Se realizaban en bronce o hueso, pero posteriormente se los hizo en porcelana, marfil, metales, madera, vidrio, perlas y plástico.
La alta costura lo feminizó y, a partir de 1930, se comenzaron a usar resinas sintéticas, elemento que permitió hacerlos de todas formas, colores y tamaños.
A lo largo de la Historia se han creado infinidad de botones artísticos, muy buscados por los coleccionistas.